Aquellos que están a punto de preparar las maletas para, por fin, ir a esquiar, que no se dejen la crema protectora en casa. También en invierno, las radiaciones ultravioleta (UV) causan daños en la piel, sobre todo cuando se va acercando el medio día y cuando el cielo está despejado, momentos en los que la intensidad de los rayos UV incrementan. Así lo afirman los autores de un estudio publicado en'Archives of Dermatology', quienes sugieren que, con factores como éstos, hay que intensificar las medidas fotoprotectoras.
Con el objetivo de analizar la intensidad de la radiación solar en las estaciones de esquí y valorar si los hábitos protectores de quienes pisan la montaña son suficientes, un grupo de investigadores de la Universidad de San Diego (California, EEUU) ha recorrido 32 estaciones del oeste de EEUU de gran altitud en busca de información. Se subieron a los telesillas y aprovecharon dichos trayectos para entrevistar a los esquiadores y a los amantes del snowboard sobre su rutina en la fotoprotección y para observar su ropa. Por otro lado, el equipo estudió las variables del tiempo, la altitud, la latitud, la temperatura, la fecha y la hora, para predecir la incidencia de los rayos UV.
A pesar de que los niveles de radiación en invierno son más bajos, los autores observaron que algunos condicionantes los elevaban considerablemente: las horas próximas al medio día, cuando el cielo está despejado y cuando los días tienen más horas de luz (a partir de febrero). En estas situaciones, los esquiadores "mantenían e incluso intensificaban los hábitos relacionados con el uso de la crema protectora (media hora antes de exponerse y después, cada dos horas), fotoprotector labial y gafas de sol". Sin embargo, es muy frecuente que en los días despejados, cuando la radiación solar aumenta, empiezan a desprenderse de ropa protectora como los gorros, por ejemplo, que no sólo abrigan, también resguardan de los rayos UV.
"Con la nieve, no sólo tenemos la radiación del sol, también la que se refleja en el blanco. La intensidad se multiplica y te puedes quemar con más facilidad". explica Yolanda Gilaberte, dermatóloga del Hospital de San Jorge de Huesca y experta en fotoprotección. "Los esquiadores son conscientes y por eso, generalmente, se protegen. Sin embargo, a partir de febrero o marzo deberían extremar las precauciones, incluso en los días nublados. Ya en la primavera empiezan a confiarse y se quitan el casco, el gorro, los guantes... Tuve una paciente el año pasado con una quemadura intensa e inflamación en los párpados después de esquiar en un día nublado", añade la dermatóloga.
Esta investigación demuestra que las personas que practican deporte al aire libre están más expuestas y, por lo tanto, tienen mayor riesgo a desarrollar cáncer de piel. "Serían necesarias campañas informativas para indicar en qué momentos las radiaciones solares pueden ser más elevadas en la montaña, para que los esquiadores se protejan mejor".
Fuente: elmundo.es
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